¿Puede ser que todo pase por algo? ¿Que el destino exista? ¿Qué cada acción, cada movimiento, cada cosa que nos pasa estuviera escrita? Nunca he sabido si creerlo o no, pero últimamente me he dado cuenta de que SÍ que recibes lo que das, de que las cosas SÍ pasan por algo, que detrás de lo malo se esconde lo bueno, y que cuando se cierra una puerta se abre una ventana. De que cuando creías que estabas solo, aparecieron esas personas que siempre están ahí, esas personas que han estado en las buenas y en las malas, que han llorado y han reído a tu lado. De que salir solo a la aventura no es tan malo como parece, aunque al principio a todos nos de miedo lo que pueda pasar. De que la lluvia nos aclara las ideas y el sol hace que nuevos sueños despierten. Que el olor a primavera, la sensación del que verano está más cerca que nunca puede hacerte sacar una sonrisa y que siempre habrá algo nuevo que ocupará el lugar de lo que se va. Porque está escrito, porque estamos destinados a que nos pasen las cosas, a que estas nos hagan crecer y nos hagan perder la noción del tiempo. A que de vez en cuando abramos los ojos y nos demos cuenta de que el destino nos aguarda la felicidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario